Sin reloj, pero con tiempo

Tesoro de las palabras fundamentales para vivir en el Siglo XXI

miércoles, 7 de julio de 2010

La educación del estoico

‘Tudo que faço ou medito’

Porque no hay una sola frase traída al albur del recurso: todo es argumento y consistencia. Intensidad intelectual e intensidad moral nos acompañan en la trayectoria vital del Barón de Teive, un heterónimo más, que “siempre (ha) tenido más miedo a la muerte que a morir” y se retrata en su pasión por comprender qué es lo que mueve a las personas al amor y al desamor. La presión del destino sobre la posición del hombre, la aceptación del momento que le toca vivir a cada una de las personalidades que construyen a la persona (desde la coherencia vital de Pessoa). Un regalo para las ganas de leer y pensar y leer y disfrutar y leer y... ¡qué bien!

El honor y el silencio son el territorio y patrimonio del hombre que se busca de manera circular e infinita. La rebeldía de las emociones frente al pensamiento, la participación de la voluntad en la inteligencia, el deseo de pasar desapercibido en las formas y apreciado en los fundamentos. Estoicismo destilado, huesos sustentados en la decencia del los pensamientos defendidos y valores justificados en la educación. Educación entendida al modo de los anglosajones.

“La certeza es el dominio de los locos”. No duda el Barón de Teive, como no duda Pessoa y no nos permite sufrir a los demás, que ya está él para acodarse al dolor. “El placer es para los perros”, para nosotros el disfrute y la falsa indiferencia del cariño y del escarnio. Sólo se nos permite comprender y actuar.

El tedio de vivir está en la propia manera de comprender al estoico que Pessoa ve en todos nosotros, lectores a los que respeta, amigos desconocidos.

Unas palabras para el editor: gracias por cuidar el continente y facilitar la lectura. Una sólo para el traductor: ¡bien! [En editorial El Acantilado, 2005]

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